sábado, 21 de junio de 2008

YO TEXTURAS, TÚ QUE TIENES?

Y hablando de herramientas; Puede suceder que algo que observemos de manera más o menos casual sea en sí la fuente de un nuevo proyecto, que produzca en nosotros, sensibles de sobremanera, una reacción. El arquitecto, que recoge, ACUMULA Y COLECCIONA, SELECCIONA Y REPONE, se sirve de todo estímulo. Leonor fotografía detalladamente, mientras Belén improvisa bolsitas para minidosis de misteriosos polvos blanquecinos caidos del corte de diamante. En cada esquina, los unos interrogan y exprimen a la experta en Macael, precios, opciones, colores, rentabilidad, futuro… y los otros nos quedamos pillados en las texturas y patrones. Jose ya se imagina sistemas de fachada del acabado amarillento, aunque pronto detecta que deberá usarlo con mesura… Mientras tanto, Leticia impregna sus manos en otros polvos mágicos, brillantes en este caso y María trepa por todo lo asequiblemente escalable, amasa líquidos blancos con sus propias manos, y alienta al operario para voltear la pala…







Esto es sólo una muestra de la muestra, del ejercicio que desarrollamos y que sin inquietudes y obsesiones no tendría sentido alguno. Las técnicas proyectuales nacen de los intereses particulares. O se apoyan en ellos como base de proyecto, como germen de la idea y del detalle, tan importante como la normativa vigente porque en el discurso del diseño, las entradas de información serán siempre herramienta de proyecto. Que lo serán por el simple hecho de que selección implica restricción, o descarte, y qué mejor que aquello que nos conmueve como punto de referencia.

Belén ya se delata en “Canteras, Mutación, Arte” y se confiesa deslumbrada por el potencial plástico que ha encontrado. Gustavo con "Liliput". Y yo, me he (ex)traido TEXTURA(s). Y ESCALA. La primera porque revela patrones, color, rugosidad, intensidad, contraste, densidad, mapas, datos que puedo extrapolar e interpretar, o tomar sin más. Y la segunda, vinculada a la primera que no la define. Esto es, dado un retal pétreo, tenemos un panel de fachada, una ley compositiva, el diseño de un jardín, o de un pavimento, un paisaje, un dibujo arquitectónico, una pintura, un motivo decorativo, un despiece, un mural de un bar moderno o el motivo del nuevo vestido. Los más capaces sacarían patrones auténticos con sus líneas de corte y costura, y vaya usted a saber qué más!











Y de la escala hay mucho más, sólo recordaré que minúsculos operarios, a la distancia oportuna, aislados con una única máquina asignada, de no menos de tres veces su propio tamaño, manejaban pedruscos del tamaño medio de un grupo de 8 a 10 exploradores (aforo máximo de una pala de excavadora tipo), o, anclados a unas finas cuerdas y descolgados 20 metros, como mínimo, de corte de cantera, dirigían un fino hilo de diamante (2cm?) que realizará, en la por el momento escarpada pared rocosa, un corte liso, y pulido (blanco o amarillo a ser posible). El mismo que abaldosado será peldaño pasando por muestra de 6x6 cm, empezando por el fileteado con grosor de 2cm, tratado y filtrado por una sucesión de máquinas hasta que se apila, se embala y se reparte. Un proceso, el gradiente experimentado, de la inmensidad inabarcable ni tan siquiera visualmente, a lo magníficamente tangible.


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