lunes, 23 de junio de 2008

Sobre los “espejos en la Alambra”

Como os comentaba y os dejé en el artículo de la Alambra, parece que los árabes lo que apreciaban era el agua en movimiento, el agua que discurre es el lujo máximo; el agua detenida, parada, el agua espejo no era lo mejor para ellos (no tenían agua clorada entonces, y el agua detenida era un agua inmediatamente llena de vegetación y bichos variados):

Este mismo sentido de dispersión de la luz y los reflejos, durante la primavera y el estío, en los que la radiación solar es muy fuerte, tiene el movimiento superficial de la lámina de agua; el efecto que Ibn Zamrak aprecia en los jardines de Alcazar Génil: "¡Que bella es tu alberca! El céfiro teje en ella cotas de malla...", y que en el Patio de los Arrayanes se logra con seguridad aunque no haya viento, por las ondas cruzadas que producen las dos fuentes que vierten desde los extremos opuestos en la gran alberca, que en láminas de agua más pequeñas se consigue por el reflujo del agua desde los bordes,y que puede calibrarse por la cantidad de caudal. (del artículo)

Para que disfrutéis os envío las poesías completas:

"¡Que bella es tu alberca! El céfiro teje en ella

cotas de malla, bajo los gallardetes de los árboles.

La murta la rodea con su oscuro bozo,

y todo el que ama el bozo la excusará.

Besa con la boca de las flores la mano de un Califa,

con cuya fluyente generosidad no te hará falta lluvia.

Pon, como tapiz, bajo su sandalia las mejillas de la rosa...

Ensarta el canto de los pájaros como loas suyas,

y esparce con tus flores dracmas y perlas."

Ibn Zamrak. Impresiones de los jardines de Alcázar Genil, a los que Muhamad V había ido a pasear.



"Jardín soy que la belleza adorna:

Sabrás mi ser si mi hermosura miras.

Por Muhamad, mi rey, a par me pongo

de lo más noble que será o ha sido.

Obra sublime, la Fortuna quiere

que a todo monumento sobrepase.

¡Cuánto recreo aquí para los ojos!

Sus anhelos el noble aquí renueva.

Las Pléyades le sirven de amuleto;

la brisa le defiende con su magia.

Sin par luce una cúpula brillante,

de hermosuras patentes y escondidas.

Rendido le da Géminis la mano;

viene con ella a conversar la luna.

Incrustarse los astros allí quieren,

sin más girar en la celeste rueda,

y en ambos patios aguardar sumisos,

y servirle a porfía como esclavas:

No es maravilla que los astros yerren

y el señalado límite traspasen,

para servir a mi señor dispuestos,

que quien sirve al glorioso gloria alcanza.

El pórtico es tan bello, que el palacio

con la celeste bóveda compite.

Con tan bello tisú lo aderezaste,

que olvido pones del telar del Yemen.

¡Cuántos arcos se elevan en su cima,

sobre columnas por la luz ornadas,

como esferas celestes que voltean

sobre el pilar luciente de la aurora!

Las columnas en todo son tan bellas,

que en lenguas corredora anda su fama:

lanza el mármol su clara luz, que invade

la negra esquina que tiznó la sombra;

irisan sus reflejos, y dirías

son, a pesar de su tamaño, perlas.

Jamás vimos alcázar más excelso,

de contornos más claros y espaciosos.

Jamás vimos jardín más floreciente,

de cosecha más dulce y más aroma.

Por permisión del juez de la hermosura

paga, doble, el impuesto en dos monedas,

pues si, al alba, del céfiro en las manos

deja dracmas de luz, que bastarían,

tira luego en lo espeso, entre los troncos,

doblas de oro de sol, que lo engalanan.

(Le enlaza el parentesco a la victoria:

Sólo al del Rey este linaje cede)."


Ibn Zamrak, epígrafe que decora la Sala de Dos Hermanas.




"Enhorabuena por tu feliz construcción,

asilo para los días de consejo y de dádiva;

bello halo de tu luna, convertido

en refugio de pedigüeños y lugar en que son derribados los enemigos.

Se suceden allí los pájaros de la esperanza, y cosechan

el fruto de los deseos en el bosque de la liberalidad.

¡Que bella su cúpula, más alta que los cielos,

que rebasa la vista del espectador!

las maravillas de su tisú admiran

como el tisú de la primavera cuando cae la lluvia."


Ibn Zamrak, Qasida de felicitación por el Mawlid del año 767(=27 de Noviembre 1.365), se alude al Maswar de la Alhambra, recientemente construido.



Cotas de malla, agua movida por el céfiro, lluvia que cae.

El agua siempre en movimiento es el lujo mayor que pueden apreciar.

Por otra parte, podéis ver que hermosos son los versos dedicados a la arquitectura, las columnas, el mármol...

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